lunes, 30 de marzo de 2015

FIRMA DE LA PAZ EN NICARAGUA MEDIANTE EL ACUERDO DE ESQUIPULAS II. POR EL DR CARLOS MARIO PEÑA JURISTA Y ANALISTA POLITICO.



La Paz y la tranquilidad  la empezó a respirar el pueblo nicaragüense a partir del dial 7 de agosto cuando  se firmó en Guatemala el "Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en Centroamérica". Los acuerdos de Esquipulas II -.


Estaban pendientes de resolver dos factores fundamentales    en la recta final de la Administración  de Ronald Reagan sobre los resultados de la Cumbre de Guatemala y  de la posición que adoptara el Presidente norteamericano frente a los contrarrevolucionarios.


 Por otra parte, los Acuerdos de Esquipulas II  fueron un mensaje al mundo de que en Centroamérica existiò una  realidad, abierta con la revolución nicaragüense. Los acuerdos revitalizan con esta perspectiva un frente mundial por la paz en Centroamérica.

El gobierno de Estados Unidos trató de impedir cualquier acuerdo autónomo de los centroamericanos con el Plan Reagan-Wrihgt, que lanzó en el mismo momento de iniciarse la Cumbre. Al fracasar en su intento, tratò de neutralizar los Acuerdos de Esquipulas II con el Proyecto Abrams, orientado como siempre a la rendición de la revolución sandinista con la obstaculización de la culminación del proceso de Esquipulas y con el apoyo a la oposición interna nicaragüense de tendencia reaganista para conseguir así más ayuda para la contrarrevolución y la continuación de la guerra de desgaste.

La respuesta de Nicaragua frente a esta nueva edición de la agresión norteamericana no fuè otra que continuar con su ofensiva militar e iniciar el estricto cumplimiento de lo firmado en Esquipulas. . Si no todo se cumplier y si todos los países no cumplieran simultáneamente -como proponen los acuerdos- lo que Nicaragua cumpla la coloca en una mejor situación internacional, regional y nacional para alcanzar esa anhelada y necesaria paz.

En el Palacio Nacional de Guatemala el 7 de agosto.  Donde el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, leyó el texto del "Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en Centroamérica", en el que expresan los acuerdos conseguidos por los cinco gobiernos de la región. 


Ante la presencia de más . de  500 periodistas de todo el mundo que dieron cobertura el evento. El presidente guatemalteco, Vinicio Cerezo, pronuncio el discurso de clausura donde expresó que   "Los cinco gobiernos tuvieron que hacer muchas concesiones -, pero pusimos por sobre todo el interés de la colectividad centroamericana.... Sabemos que habrá muchos reclamamos, que este acuerdo va a desatar presiones y desacuerdos pero nosotros reclamamos respeto nuestra voluntad de construir la paz". La firma de los Acuerdos de constituye la mayor expresión de unidad centroamericana que ha habido en el presente siglo. Con ellos se ha abierto un nuevo camino hacia la paz, pero ese camino estará lleno de dificultades. 

Los acuerdo de Esquipulas II buscaron  la paz y la democratización del istmo. Para conseguir la paz, los cinco Estados centroamericanos solicitaron a gobiernos regionales o extrarregionales que apoyan a movimientos armados antigubernamentales que cesaram ese apoyo  e hicieron un llamado de  un alto al fuego y se comprometieron a impedir el uso de su territorios para acciones desestabilizadora contra otros gobiernos.

Dentro del Acuerdo se estableció  que para conseguir o afianzar la democracia los cinco Estados se comprometen a celebrar elecciones presidenciales, legislativas y para representantes municipales de acuerdo con sus propias Constituciones invitando a ellas, como observadores, a organismos internacionales.
 También se acordò la derogación de los estados de excepción, sitio o emergencia, para poner en plena vigencia las Constituciones Nacionales. Como parte del proceso de paz y democratización, se acuerda emitir decretos amnistía y la iniciación de un diálogo con la posición política no armada. En 1988 habrá elecciones para conformar el Parlamento Centroamericano.


Ademàs ,para verificar y dar seguimiento a los acuerdos en materia de amnistía, cese del fuego, democratización y elecciones libres, se creará una Comisión Nacional de Reconciliación, compuesta por un representante del gobierno, uno de los partidos de oposición legalmente inscrito, un obispo católico y un ciudadano notable que no pertenezca al gobierno ni al partido del gobierno.

 Se constituyó  una Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento para velar por el cumplimiento de la totalidad de los acuerdos  y que estaría conformada por los cancilleres de Contadora y los del Grupo de Apoyo, los secretarios generales -o sus representantes- de la OEA y ONU y los cancilleres centroamericanos.


El acuerdo forma un todo armónico e indivisible y el siete de noviembre (90 días después de la firma) entrò a regir simultáneamente los compromisos relacionados con amnistía, cese del fuego, democratización, cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los movimientos insurreccionales y no uso del territorio para agredir a otros Estados.

Los acuerdos de Esquipulas II, firmados sin el consentimiento de Estados Unidos  surgen por el resultado de siete años de confrontación entre Nicaragua y la Administración Reagan. Los contrarrevolucionarios, punta de lanza del proyecto norteamericano entraron en estos años en un irreversible proceso de derrota militar. Además los partidos político reaganistas de Nicaragua fueron neutralizados tras las elecciones de 1984 y los sectores religiosos ultraconservadores no lograron retomar el vacío político que estos partidos dejaron.
Los  soldados de Ronald Reagan  entraron en un declive estratégico general dentro de Nicaragua. Esta situación general dificultó grandemente el triunfo de cualquiera de las opciones militares de Estados Unidos contra Nicaragua. Esta es la opción que desde 1983, de una manera  según los acuerdos de Esquipulas II- lo intentó promover el grupo de Contadora. , Y que los países centroamericanos  optaron, en consonancia con los planes de la Administración Reagan, por dificultar la solución negociada y por impulsar a la contrarrevolución armada contra Nicaragua.


Fue sólo en 1985 cuando empezaron a observarse cambios significativos en el panorama centroamericano. En Costa Rica, Oscar Arias  ". quien captó que el proyecto militar contrarrevolucionario era un proyecto en declive   y se opuso consecuentemente a la militar y apoyó una solución política. Pero  el Presidente Arias buscaba la rendición política del sandinismo.

A principios de 1987, cuando el declive de la contrarrevolución es evidente, cuando además el partido demócrata de Estados Unidos ha triunfado en las elecciones legislativas de noviembre del 86 y el presidente Reagan se  envuelto en  el escándalo del Irán/Contragate, en ese momento cuando el presidente Arias cambia su posición. Su nuevo Plan de Paz, variante creativa de la última Acta de Contadora, permite una verdadera salida negociada. 



Sin embargo, el declive estratégico de la contrarrevolución nicaragüense y su pésimo comportamiento en suelo hondureño ha contraído en los últimos años problemas con sectores cafetaleros y militares, generándose movimientos que cuentan con el apoyo de gran parte de la población hondureña

Después de ver  un declive estratégico general de la Administración Reagan en su guerra contra Nicaragua, las posiciones de Oscar Arias y Vinicio Cerezo respondieron a proyectos estratégicos de sus respectivos gobiernos. La del Presidente Napoleón Duarte a una maniobra táctica, quedando aún oscura la posición de Azcona.

A pesar que la firma de los acuerdos, no contaron con el visto bueno de Washington, resultó sorpresiva. Generalmente se pensó que algún avance podría surgir de Esquipulas II, pero no el que éste fuera de tal magnitud. En la cumbre seguramente jugaron un papel importante las personalidades de algunos presidentes. El presidente Cerezo, en reunión privada con su gabinete, opinó que el papel jugado por Daniel Ortega fue crucial.
Para Nicaragua los acuerdos de Esquipulas II  fueron el más importante paso realizado en toda su gestión diplomática para buscar una paz negociada.


La firma de Nicaragua en la cumbre guatemalteca  colocò en una situación difícil la política belicista del Presidente Reagan. Esto se particularmente importante cuando  mostrò abiertamente  el porque de  la enemistad personal que ha mostrado contra el proceso de Nicaragua, capaz de llevarle a decir eventualmente acciones políticamente irracionales -bombardeos quirúrgicos, por ejemplo-, encuentra hoy nuevos diques.

.La  firma del presidente Daniel Ortega en Esquipulas II representò una voluntad estratégica  de parte del Gobierno  de Nicaragua. El cumplimiento de Esquipulas II fuè el camino, de la solución política negociada, y esto tanto a corto plazo -con la Administración Reagan- y, si no, a mediano plazo -con la futura administración norteamericana-.


Durante  el debate público que el presidente Daniel Ortega sostuvo el 31 de agosto en Managua con el pre-candidato republicano Robert Dole, que venía con una delegación de 3 senadores republicanos y uno demócrata.

Sin  haber pedido una audiencia al Presidente  Daniel Ortega Robert Dole, se presentó henchido de prepotencia imperial pero se mostró desconcertado e impotente ante la fortaleza y dignidad que escuchó en las palabras del presidente Ortega. Más de 100 periodistas nacionales y extranjeros cubrieron el debate, que fue trasmitido por televisión al pueblo de Nicaragua. Ahí se mostrò la flexibilidad  en Esquipulas II y la firmeza ante el pre-candidato Robert Dole.


Los acuerdos de Esquipulas II firmados en  Guatemala obtuvieron un apoyo mundial unánime: el Grupo de Contadora y el de Lima, la Comunidad Económica Europea, la Unión Soviética y Cuba, el Movimiento de los No Alineados, la Organización de Estados Americanos, la Organización de Naciones Unidas y un importante sector de congresistas norteamericanos, entre otros. El 19 de agosto, los cancilleres centroamericanos se reunieron en San Salvador para integrar la Comisión Ejecutiva que dará seguimiento a los acuerdos y el día 22, en Caracas, se conformó la Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento.



 Esquipulas II son la más alta expresión de unidad latinoamericana contra el ataque de Ronald Reagan y su Administración en esta crítica etapa del conflicto centroamericano. El nacionalismo bolivariano que Contadora y el Grupo de Lima venían impulsando recibió, por fin, el apoyo centroamericano con base en el Plan de paz propuesto por el presidente Arias. Este proceso venía avanzando años tras años. En 1983, Contadora buscó mediar. En 1985, con el  grupo de Lima en Caraballeda y, exigió a los Estados Unidos respeto a la autodeterminación nicaragüense. A principios de 1987 comenzó a surgir el Plan Arias con base en Contadora. A mediados de 1987, en Guatemala, se logró el acuerdo. 

Pese a las  debilidades de estos intentos de  unidad latinoamericana y centroamericana,  en plena "era Reagan" Significò que Estado Unidos debe readaptar su política reconociendo un mundo crecientemente multipolar en donde no pueden ser desdeñados los anhelos de justicia para los pobres, democracia y desarrollo económico.

Más allá de las intenciones de los Presidentes Centroamericanos, Esquipulas II plantiò al presidente Reagan una cuestión crucial: si es capaz de adaptarse con realismo a la nueva correlación de fuerza mundial .
El presidente Reagan no pudo reaccionar ante lo firmado en Guatemala. Y o logró posponer indefinidamente la Cumbre presidencial a través del presidente de El Salvador Napòleon Duarte,. Eso le hubiera facilitado el apoyo del Congreso para los contrarrevolucionarios al no existir avances de paz en la región, este incidente contribuyó a despertar el nacionalismo centroamericano.


El Plan también trajo problemas a Reagan dentro de su país. Los ultraconservadores, en desacuerdo con el mismo, compraron la situación con la de un desastre similar al fracaso militar de Playa Girón, en Cuba, en abril de 1961. Senadores liberales como Edward Kennedy y Tom Harkin calificaron el Plan como "un esfuerzo por rehabilitar una política fracasada". Finalmente, el Presidente de la Cámara de Representantes y coautor del Plan, Jim Wright, se desligó del mismo y apoyó los acuerdos de paz logrados en Guatemala.
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Como muestra de la voluntad política para alcanzar la paz por la vía de la negociación en ese entonces, el 8 de agosto  el Presidente Daniel Ortega informó que se habían girado instrucciones para retirar la demanda presentada contra Costa Rica en la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Eso significaba -dijo- un acto de solidaridad con el pueblo costarricense y con el presidente Arias, quien jugó y un papel determinante en las negociaciones de paz.



Poco después, el 11 de agosto, el presidente Ortega se entrevistó con el Cardenal Miguel Obando Bravo y dirigentes de los partidos de oposición interna. Les entregó una copia del Plan de Esquipulas II y los interna. Les entregó una copia del Plan de Esquipulas II y los instó a formar la Comisión Nacional de Reconciliación.

El día 20, según lo acordado en Guatemala, la Conferencia Episcopal presentó su terna. Estaban conformada por el Cardenal Obando, Mons. Bosco Vivas y Mons. Salvador Schlaffer. El 25 de agosto el gobierno seleccionó al Cardenal Obando como delegado titular y a Monseñor Vivas como suplente. En ámbitos políticos la selección fue interpretada como una muestra de la voluntad política de reconciliación del gobierno de Nicaragua. En ámbitos eclesiales, como un signo que fortalece las bases para el desarrollo de la nueva relación iniciada en septiembre de 1986, el diálogo Jerarquía-Estado.

La terna que debían presentar los once partidos de oposición legalmente inscritos en el país se les tornó, por sus propias rivalidades, difícil de elaborar. Los partidos se dividieron en dos bloques fundamentales con algunos partidos que, en el transcurso de la discusión, pasaron de un bloque a otro. Los bloques no eran ideológicamente coherentes. En el bloque donde estaba los de la línea de Ronald Regan y la Coordinadora Democrática Nicaragüense, abstencionista en las elecciones de 1984, se encontraba el Partido Comunista. 

En el otro bloque, se encontraba el Partido Conservador y el Popular Social Cristiano. Las rivalidades ideológicas se entrecruzaban con rivalidades personales. Incapaces de llegar a un acuerdo, cada bloque presentó su propia terna. El Dr. Clemente Guido, ex-candidato a la presidencia por el Partido Conservador, segunda fuerza política del país, calificó el hecho como una expresión de la inmadurez de los partidos de oposición. El presidente Ortega, lamentando la división de la oposición, escogió al popular- socialcristiano Mauricio Díaz como miembro titular de la Comisión y al socialcristiano Erick Ramírez como suplente. El partido de Díaz participó en las elecciones y estaban en un bloque; el partido de Ramírez no participó y estaba en el otro bloque.

El tercer miembro de la Comisión debería ser un "ciudadano notable" que no perteneciera al gobierno ni al partido de gobierno. La decisión recayó sobre el Rdo. Gustavo Parajón como titular y el Dr. Ganzalo Ramírez. El primero es el presidente del CEPAD, el máximo organismo de coordinación de las iglesias evangélicas en el país; el segundo es el presidente de Cruz Roja. Como cuarto miembro de la Comisión y representante del gobierno, fue designado el Vicepresidente de la República, Dr. Sergio Ramírez en calidad en calidad de titular y René Núñez, Ministro de la Presidencia, como suplente.

La conformación de la Comisión produjo, como era de esperarse, reacciones encontradas entre los partidos de oposición. Unos veían a Díaz y Parajón como simpatizantes del  FSLN,

. El Cardenal Obando insistió en que no se debía juzgar la Comisión "a priori", sino "a posteriori", después de verla actuar. En todo caso, la selección de los cuatro miembros se ajustaba a las directrices de los acuerdos de Esquipulas II. Pocos días después el Cardenal Obando fue nombrado presidente de la Comisión de Reconciliación. 


. El gobierno de Nicaragua,diò desde el primer momento algunas muestras de su buena voluntad permitiendo el reingreso al país del Obispo Pablo A. Vega, expulsado en julio/86 y de los sacerdotes Bismarck Carballo y Benito Pitito, este último uno de los diez sacerdotes expulsados de Nicaragua en julio/85.

Esquipulas II comenzó a crear una nueva dinámica interna en Nicaragua. Ocurriò  una verdadera ebullición política en muy diversos grupos sociales. Los gestos de reconciliación del Estado para con la Iglesia Católica son vistos por unos como el fortalecimiento de la distensión iniciada con el diálogo Iglesia-Estado y por otros, como el peligroso comienzo de un típico maridaje de la Iglesia con el Estado de turno. Otros, en fin, temen que el Cardenal Obando pueda usar su nuevo cargo para impulsar posiciones reaganistas.

La ultraconservadora Coordinadora Democrática Nicaragüense se ha lanzado a plantear posiciones polémicas. Algunos comienzan a llamarles "trancos", palabra formada con las mismas letras que "contras". Otros piensan que si quieren lograr un peso significativo dentro de Nicaragua, tendrán que nacionalizar mínimamente su programa política, hasta ahora totalmente pro-estadounidense. 


Los partidos de izquierda marxista-leninista, como el Movimiento de Acción Popular (MAP) ven la posibilidad de radicalizar el proceso impactando sobre un pueblo combativo pero, a su juicio, mediatizado en su lucha por el Frente Sandinista. Amplios sectores populares debaten a su vez, con abrumador rechazo, sobre la posibilidad de que, si cesa la ayuda a la contrarrevolución, deba amnistiarse a los guardias somocistas que están en prisión después de los juicios que siguieron al triunfo revolucionario. Por sobre todo este debate, el Frente Sandinista ha declarado que Esquipulas II es su programa inmediato de gobierno, porque es la punta de lanza para forzar las salida negociada.

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En estos mismos días de ataques y combates contrarevolcionarios, finalmente  se acogieron a la amnistía, vigente en Nicaragua desde 1984, el ex-alcalde somocista Oscar Peña, el dirigente de ARDE Carlos Coronel Kautz y un alto jefe de inteligencia de la FDN, Lester Ponce Silva. En la segunda quincena de agosto se acogieron también a la amnistía 30 contrarrevolucionarios en la Región I (Estelí, Madriz, Nueva Segovia) y 35 en la Región VI (Matagalpa y Jinotega). Desde el 27 de agosto se comenzaron a conformar en las regiones de guerra comisiones de recepción para los desalzados que entreguen sus armas y se acojan a la amnistía.


 Estas comisiones están integradas por sacerdotes católicos, pastores evangélicos y miembros de la Cruz Roja. Con ellas se busca establecer la confianza y seguridad personal de los que quieren desalzarse. Actualmente existe una creciente tendencia a la deserción en las filas contrarrevolucionarias.


Con el fin de frenar la guerra, el 24 de agosto, Reagan dirigió un mensaje radial a los contras utilizando para ello la emisora del FDN ubicada en El Salvador: "Sé que su más vivo deseo es regresar a su patria", dijo, instándolo, sin embargo a sentirse respaldados y a no dejar la lucha: "Al final del camino les espera una Nicaragua libre. No debemos descansar hasta alcanzar esa meta... Sé que ustedes continuarán en la lucha y los Estados Unidos estarán con ustedes".

La profundización de la derrota militar contrarrevolucionaria es el factor fundamental que está incidiendo en esta nueva situación de descomposición -desintegración. Los acuerdos de paz alcanzados por los presidentes centroamericanos en Guatemala son el factor inmediato que la aceleran. Mientras los desalzados declaran que la cumbre presidencial fortaleció su decisión de retorno pacífico al país, el Presidente Reagan en su alocución radial y en sus declaraciones busca sembrar la desconfianza en los acuerdos presidenciales. Esquipulas II incide también de esta manera tan concreta y personalizada en el corazón de la lucha entre Nicaragua y la Administración Reagan.

Los planteamientos de Nicaragua tras Esquipulas II han creado tensiones en el gobierno de Reagan, crearon divisiones momentáneas en la cúpula contrarrevolucionarias cuando tres de los siete dirigentes declararon que podrían regresar a Nicaragua y están contribuyendo al desalzamiento de los comandos contrarrevolucionarios. La Administración Reagan, con el Proyecto Abrams, busca romper la unidad centroamericana, dificultar el avance de la democratización en Nicaragua y conseguir nuevo apoyo norteamericano para la contrarrevolución armada.

Hoy. Nicaragua un país con  la paz "firme y duradera".




SEGUNDA  PARTE

Los Acuerdos de Esquipulas II, del siete de agosto de 1987, han hecho surgir varios mitos que es importante dilucidarlos. El primero de ellos tiene que ver con los aportes de la integración a Centroamérica, y aquí destaco que la paz y la democratización de las sociedades divididas llegan a partir de una visión regional.


El primer aporte de la integración son entonces la paz y la democracia. Centroamérica sale de la guerra en virtud de un esfuerzo colectivo que apaga las luces del escenario global y enciende el fuego íntimo de la centroamericaneidad. La clave del éxito de los Acuerdos de Esquipulas II consistió en desarmar la guerra mediante la apertura democrática al interior de las sociedades, y la plena vigencia de las normas internacionales hacia el exterior.

Es sobre estas bases axiológicas que se lanza lo que he denominado La Nueva Ronda de la Integración Regional de la década de los 90. De ahí surge la Declaración de Centroamérica como una Región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo, proclama que se plasmaría luego en el Protocolo de Tegucigalpa, que crea el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Esto nos lleva a diversos mitos. Generalmente se piensa en Esquipulas como un proceso de gestación autónoma e independiente. La realidad es que Esquipulas se explica en cierta medida a partir de la triple confluencia de varios procesos.

El primero de ellos es el referido al proceso de Contadora, que culmina con la nunca suscrita Acta de Contadora de 1986. El segundo proceso es el llamado Diálogo de San José entre la entonces Comunidad Europea y Centroamérica, todo lo cual culmina en los trascendentales Acuerdos de Esquipulas II, tercer punto de confluencia.

La arquitectura de tales acuerdos es sin duda el resultado de un acto de autodeterminación y soberanía regional. Pero no puede explicarse sin la gestión de Contadora y el apoyo continuado de la Comunidad Europea. De ahí que la nueva ronda de integración esté impregnada no sólo de los valores de la regionalidad centroamericana, sino que tiene una factura latinoamericana y una participación europea y universal, donde también intervinieron organismos como las Naciones Unidas y la OEA.

La visión de un contenido económico versus un contenido restaurador de las ideas unionistas han sido superada. Desde Esquipulas II, y aun desde antes, en el Acta de Contadora ya se reconocía la multidimensionalidad de los procesos de integración y desarrollo.

Esquipulas explica entonces también lo que sucede con posterioridad: el surgimiento del paradigma del “Desarrollo Sostenible”, reflejado en la Alianza para el Desarrollo Sostenible de Centroamérica (Alides) de 1994 y del paradigma de la “Seguridad Democrática”, reflejado en el Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica de 1995. Ese Tratado Marco de Seguridad Democrática, encargado a Nicaragua en su redacción, permitió incorporar --diez años después-- importantes conceptos retomados de aquella histórica Acta de Contadora.

Y es que en realidad el proceso de Contadora es la expresión de identidad y autodeterminación de una América Latina que ha buscado incesantemente sus raíces y que encuentra en CA, como las aguas que devuelven la propia imagen, una fisonomía propia, con su acervo axiológico único y su postura solidaria.

Esto me lleva a un tercer mito relativo que me sirve como pretexto para una anécdota. Me refiero a la idea de que Esquipulas era un resultado inevitable, dado el entorno de cambios mundiales.

La verdad es que la determinación humana y regional jugó un papel decisivo. Las negociaciones entre los cancilleres el día seis de agosto de 1987, en la víspera de los Acuerdos de Esquipulas en Ciudad Guatemala, se trabaron gravemente en importantes compromisos. Surgió así la idea de un grupo de personas vinculadas a los equipos de negociación, con la plena participación de Nicaragua, para intentar encontrar, sin mandato alguno, sino de forma oficiosa, la posibilidad de consensos.

Las negociaciones informales comenzarían en la tarde del seis de agosto y sólo terminarían al amanecer del siete de agosto. El texto fue pasado directamente a los presidentes y ese mismo día, pocas horas después, los cancilleres reiniciaron las negociaciones oficiales. Ello dio pie a una de las ficciones de negociación más impresionantes. Mientras se debatía fuertemente en el salón ministerial, los propios presidentes decidían en otro el rumbo de la paz con el texto consensuado la noche anterior y la madrugada del siete.

Las negociaciones volvieron a trabarse en el cuarto ministerial, pero ante el asombro de los que no estaban enterados, un emisario de los presidentes llegó a comunicar a los ministros que ya habían alcanzado un consenso definitivo entre ellos mismos. Continúo con un mito que desvincula los procesos subsiguientes a 1987 del proceso de Esquipulas. Realmente lo que sucede es que Esquipulas marca el camino definitivo hacia la paz, pero la construcción se tuvo que ir haciendo en negociaciones posteriores.

Es así que el Plan Conjunto de Desmovilización y Repatriación Voluntaria de la Resistencia Nicaragüense y sus familiares en Nicaragua se concertaría después en Tela, Honduras. Lo mismo sucedió con los acuerdos de paz en El Salvador en 1992 y en Guatemala en 1996. Sin embargo, esos acuerdos no pueden explicarse por una dinámica autónoma de los procesos. Esquipulas sentó las bases mínimas para las negociaciones que pondrían fin a los conflictos armados en esas naciones.

A veinte años de los Acuerdos, se abre para CA una ventana de oportunidades para construir un visión regional que considero es una de las herencias principales de Esquipulas para construir la centroamericaneidad.

El Acuerdo de Asociación con la Unión Europea -–diálogo pionero entre dos comunidades-- abre una puerta importante a esa Centroamérica que busca también afianzar su identidad y su cohesión social. Este clima favorable se ve favorecido por el fallo de la Corte Internacional de Justicia en el caso entre Honduras y Nicaragua, resultado que provocó una conducta prudente derivada del contenido equitativo del mismo.

Podemos tener ahora un patrimonio territorial regional con los valores propios de un “ser” centroamericano cuyos perfiles deben construirse a fuerza de integración, consenso y solidaridad. Las tensiones deben resolverse con mayor integración, dando paso a una Centroamérica que provoque la idea regional de destino permanente.

Los que critican a CA porque no se integra a pesar de la enorme ventaja de venir de un pasado común, deben comprender que la integración es también un proyecto compartido hacia el futuro.

La declaración “Golfo de Fonseca, una Zona de Paz, Desarrollo Sostenible y Seguridad” puede despejar también un importante foco de tensiones y abrir avenidas de colaboración y cooperación trinacional. La reciente decisión de Panamá de iniciar el proceso de ratificación del Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana apunta en la dirección de universalizar los instrumentos comunitarios 
Igualmente, la sobresaliente labor que ha venido realizando la Corte Centroamericana de Justicia mediante la promoción de la participación de los jueces nacionales como jueces comunitarios y el fortalecimiento de sus funciones, genera también un clima muy positivo. Crece asimismo la conciencia sobre la necesaria reforma del Parlamento Centroamericano, cuya constitución fue todo un símbolo del proceso de paz de aquel entonces, a fin de adecuar y ampliar sus funciones.

La Unión Aduanera, cuya firma se anuncia para el mes de diciembre, es también un paso trascendental hacia la unidad económica. El legado de Esquipulas sigue vivo; mostró que la unidad regional es nuestro patrimonio más poderoso frente a la guerra antes y frente al desafío de la Centroamérica social de hoy.

Esquipulas mostró que –-en medio de nuestras vulnerabilidades-- contamos con un patrimonio regional de fuerza y voluntad que puede llevarnos a la verdadera comunidad centroamericana que aporte los bienes del desarrollo tan largamente postergados para nuestros pueblos.

2 comentarios:

  1. Solicito resarcirme parafílicamente por las secuaces cristianas y por las secuaces seglares con el objetivo de conservarme casto de mi avidez sexual de acuerdo al siguiente mensaje aprobado jurídicamente:

    Solicito la remuneracion gubernamental de la organizacion de los estados americanos a mis secuaces sexuales para que reciban 10,000 quetzales mensuales por resarcirme parafílicamente y 20,000 quetzales mensuales por resarcirme coitalmente anal, pero que si por alguna razón, la secuaz me involucra a la concepcion de mis hijos, entonces ustedes deben remunerarla con 30,000 mensuales con mi asesoría patriarcal gubernamental en calidad de union de hecho bígamo para la tal. Unicamente debe ser verosímil si la tal cumple con mis condiciones sexuales precedentes de concebirla.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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  2. Solicito resarcirme parafílicamente por las secuaces cristianas y por las secuaces seglares con el objetivo de conservarme casto de mi avidez sexual de acuerdo al siguiente mensaje aprobado jurídicamente:

    Solicito la remuneracion gubernamental de la organizacion de los estados americanos a mis secuaces sexuales para que reciban 10,000 quetzales mensuales por resarcirme parafílicamente y 20,000 quetzales mensuales por resarcirme coitalmente anal, pero que si por alguna razón, la secuaz me involucra a la concepcion de mis hijos, entonces ustedes deben remunerarla con 30,000 mensuales con mi asesoría patriarcal gubernamental en calidad de union de hecho bígamo para la tal. Unicamente debe ser verosímil si la tal cumple con mis condiciones sexuales precedentes de concebirla.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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